En efecto, ser Godin tiene caducidad, por más alto que sea el puesto, tarde que temprano habrá un final, un buen día, te darán las gracias, tal vez te jubilarás, o quizá solo te den una patada en el trasero, los Godinez no son eternos y siempre habrá un remplazo para ellos, el reloj de la vida avanza, y tristemente las empresas comienzan a pensar que el talento joven los llevará a nuevas fronteras, es la ley de vida, es la regla del Godin, pero no del Emprendedor; el que apuesta por sus sueños no tendrá el mismo desenlace, un emprendedor puedo morir realizando su pasión, trabajando todos y cada uno de sus día en la construcción de sus metas, la caducidad no es para todos y el legado es tan solo para algunos valientes emprendedores, que forman dinastías de generación en generación.
_ El Pepe Mora.
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